Desde liderar equipos con la precisión de un director de orquesta hasta manejar los imprevistos con calma de deportista experimentado, Jaume Samper se ha convertido en una pieza clave de la empresa. Con más de 14 años de experiencia en Grupo CIE, Jaume es de esos profesionales que combina experiencia, visión estratégica y una buena dosis de humor en cada proyecto.
Además de ser un experto en su campo, es un apasionado del baloncesto y de las aventuras en caravana (con alguna anécdota incluida). En esta entrevista nos cuenta cómo la tecnología y la innovación han transformado su rol y cómo los retos del sector pesquero son una motivación diaria para seguir creciendo y aprendiendo.
¿Qué te llevó a unirte a Grupo CIE hace 14 años y qué te ha mantenido motivado a lo largo de estos años?
La casualidad quiso que un conocido de la empresa entregara mis datos al responsable de recursos humanos. Cuando me llamaron para ofrecerme el puesto, me pareció un reto de crecimiento y aprendizaje muy interesante. Sentí que estaba en el lugar correcto para desarrollar mis habilidades y aprender cosas nuevas. Después de unos meses en el equipo, confirmé que el reto valía realmente la pena, y así han pasado ya 14 años.
Con el paso del tiempo, lo que me ha mantenido motivado es una mezcla de crecimiento personal, el impacto positivo que generamos en el sector pesquero y el ambiente de colaboración que hay en la empresa. Me estimula mucho saber que nuestro trabajo contribuye directamente a hacer más eficiente y sostenible a las empresas.
¿Podrías explicarnos un poco más en qué consiste tu rol como responsable de producto en el departamento de Operaciones?
Mi día a día es como el de un director de orquesta, ¡pero con técnicos, programadores y comerciales! Primero, escucho a los clientes para entender sus peticiones y las traduzco en modificaciones específicas para nuestro producto. Luego, coordino con el equipo correspondiente para que se encargue de implementar cada cambio de forma precisa y eficiente.
Además, al tratarse de un “producto vivo” que está en constante evolución, es esencial realizar pruebas detalladas para verificar que cada cambio funcione de la mejor manera posible. Planificar estas pruebas y asegurarnos de mantener la calidad de cada actualización es una parte fundamental de mi rol. Al final del día, se trata de que todo fluya de forma impecable, tanto para el equipo como para el cliente.
¿Cómo manejas la colaboración entre los diferentes departamentos para garantizar que los productos finales cumplan con las expectativas del cliente?
Después de más de una década en el equipo de programación, aprendes a “traducir” lo que necesitan los clientes y comerciales en términos que nuestros programadores puedan ejecutar con precisión.
No siempre es tan simple como recibir una petición y pasarla al siguiente departamento; a veces, lo que el cliente pide no está del todo claro, o simplemente necesita una funcionalidad que ni siquiera ellos saben cómo concretar. Aquí es donde creo que la experiencia se vuelve clave.
¿Cómo logras mantener un enfoque constante en la innovación y la eficiencia en los productos que desarrolláis?
La tecnología es una carrera que no se detiene, y no hay semana en la que no aparezca algo nuevo que nos haga pensar: “¿Y si probamos esto?” Estamos en constante búsqueda de nuevas herramientas que mejoren nuestros procesos, incluso si eso significa revisar ideas que en su momento parecían obsoletas y darles una vuelta de tuerca para que hoy se conviertan en soluciones potentes.
A veces, una actualización puede parecer solo un pequeño ajuste, pero esos segundos de mejora en rapidez y seguridad pueden marcar una gran diferencia para el cliente. En esta era, o sigues aprendiendo o te quedas atrás.
¿Cómo gestionas las expectativas de los clientes y partes interesadas en proyectos con plazos ajustados?
La sinceridad es la base de todo. Cuando trabajamos con plazos ajustados, lo primero es sentarnos con el cliente y ser completamente claros sobre qué es factible y en qué tiempos. Dividimos el proyecto en fases bien definidas, empezando por cubrir las necesidades imprescindibles, luego avanzamos con mejoras sobre el proceso actual, y finalmente, añadimos los extras que harán que el producto sea excepcional.
Mantener al cliente informado en cada paso es crucial, no solo para cumplir con sus expectativas, sino para construir una relación de confianza. En cada proyecto, suelo establecer con el cliente un contacto directo, alguien que actúe como el “puente” entre nuestro equipo y el suyo. Así, cualquier actualización o ajuste llega directamente y de manera clara, evitando sorpresas de última hora.
Tu rol requiere una visión integral del proyecto, desde la concepción hasta la entrega. ¿Cómo aseguras que cada etapa del proyecto esté alineada con los objetivos finales del cliente?
La clave para mantener el rumbo es una comunicación constante y clara con el cliente. Desde la primera reunión, donde escuchamos sus ideas y objetivos, hasta las reuniones técnicas con cada equipo involucrado, nos aseguramos de que todos estemos en sintonía.
Cuando trabajamos en adaptaciones, el margen de diseño y proceso es amplio, y eso es un arma de doble filo. Por eso prefiero presentar los cambios de manera progresiva y en partes, permitiendo que el cliente evalúe y dé su feedback en cada paso.
Esto no solo ayuda a garantizar que vamos en la dirección correcta, sino que también permite que el cliente vea cómo sus ideas cobran vida poco a poco, lo cual suele generar una conexión con el proyecto.

¿Cómo manejas la presión cuando un proyecto exige que se realicen cambios de última hora o ajustes en la implementación de las soluciones?
Trabajar en el mundo de la informatización del sector pesquero es todo un entrenamiento para situaciones de presión constante. Nos enfrentamos regularmente a cambios y adaptaciones de última hora que, aunque puedan parecer extremos, se han vuelto parte del día a día. Cuando los clientes tienen grandes operaciones y sus horarios dependen de entregas puntuales, cada minuto cuenta. Esto significa que tenemos que estar listos para intervenir en cualquier momento, incluso de noche, y resolver los desafíos que se presenten sin perder el ritmo.
Contar con un producto propio nos obliga a adaptarlo rápidamente según las necesidades específicas de cada cliente. No siempre es la situación ideal, pero este tipo de exigencia nos mantiene ágiles, creativos y muy atentos. Aprendemos a priorizar, a actuar rápido y a ver las soluciones desde un enfoque práctico.
Al gestionar un equipo, ¿cómo garantizas que todos los miembros estén alineados con los objetivos del proyecto y trabajen de manera colaborativa?
En nuestro equipo, la colaboración es mucho más que delegar tareas; se trata de asumir la responsabilidad compartida de cada paso. Aquí, asignar una tarea no significa que dejes de preocuparte por ella. Al contrario, todos seguimos de cerca lo que pasa en el “siguiente eslabón” para asegurarnos de que cada acción contribuye al objetivo final. Este enfoque crea una cadena de confianza y responsabilidad: cuando pides algo a otro miembro o departamento, estás asumiendo una parte de esa tarea, apoyando y guiando para que el resultado sea el esperado.
Al final de un proyecto, ¿cómo evalúas el éxito de la implementación y qué criterios utilizas para medir la satisfacción del cliente?
Para nosotros, la verdadera prueba del éxito llega después de la instalación. Las llamadas que recibimos del cliente en esos primeros días determinan el grado de confianza y calidad del trabajo que hemos realizado durante la implementación y la formación.
Esas conversaciones post-instalación nos permiten ver de cerca cómo el cliente se está adaptando al nuevo software, si se siente cómodo usándolo y si comprende realmente cómo aprovechar todas sus funcionalidades.
Durante esos primeros días, estamos muy presentes, acompañando al cliente en cada paso y asegurándonos de que tengan el apoyo necesario mientras se familiarizan con el sistema. Después, llega un momento en el que el cliente comienza a trabajar de forma autónoma y, aunque a veces experimentan una pequeña sensación de “desamparo” al estar solos, es aquí donde realmente se ve si hemos hecho bien nuestro trabajo.
¿Qué es lo que más te entusiasma del futuro del sector pesquero digital y del papel de Grupo CIE en él?
Lo que más me entusiasma es saber que estamos ayudando al sector pesquero a evolucionar y, en muchos casos, a sobrevivir en un entorno cada vez más complejo. Las nuevas regulaciones, los ajustes en las cuotas de pesca, la competencia territorial y los desafíos propios de la falta de digitalización hacen que el sector pesquero enfrente retos enormes, tanto técnicos como humanos. Ahí es donde entra el papel de Grupo CIE, y es increíble formar parte de esa transformación.
Saber que nuestra tecnología puede marcar una diferencia en su día a día, y que ellos sienten el apoyo y la cercanía en cada paso, es una motivación enorme. Además, el potencial de crecimiento es inmenso; estamos apenas viendo la punta del iceberg en términos de digitalización del sector, y eso abre puertas a innovaciones que ni imaginamos hace algunos años.

Sabemos que eres un gran aficionado al baloncesto y que jugaste federado, ¿qué enseñanzas de este deporte aplicas en tu vida profesional?
cualquier deporte de equipo te aporta valores que te acompañan toda la vida. El compañerismo es uno de los más importantes: saber que, tanto en la cancha como en el trabajo, cuentas con tus compañeros y ellos contigo.También aprendí la importancia de tomar decisiones rápidas y mantener la cabeza fría en momentos de presión. En baloncesto, los segundos importan, y tienes que decidir la mejor jugada casi de forma instintiva; en el trabajo es igual cuando surgen imprevistos y hay que adaptarse sobre la marcha.
Y luego está la resiliencia, la capacidad de levantarse después de una semana difícil o un partido en el que las cosas no salieron como esperabas. Hay días en los que salgo de la oficina con una sonrisa de victoria, sintiendo que todo salió perfecto. Pero también están esos otros días en los que parece que la semana fue cuesta arriba.
¿Cuál ha sido la experiencia más emocionante que has vivido en tus viajes con la caravana y qué aprendiste de ella?
Apuntad este consejo bien: buscad siempre campings sin pendientes muy empinadas. Ese momento en el que no sabes si vas a poder maniobrar con tanto peso enganchado al coche te genera un estrés que no se olvida.
¿Qué haces para recargar energías después de una semana laboral intensa?
Me encanta el deporte en todas sus formas: un buen partido de baloncesto, una sesión de crossfit que te hace sudar de verdad, o levantar pesas en halterofilia. Cualquier cosa que implique despegarme de la silla y activar el cuerpo es una buena opción para liberar tensiones y resetear la mente.

Si pudieras dar un consejo a tu yo de hace 14 años, cuando empezaste en Grupo CIE, ¿qué le dirías?
Le diría que confiara en su intuición y que no tenga dudas. Al inicio siempre surgen momentos en los que te preguntas si realmente estás en el camino correcto, si todo ese esfuerzo y las horas invertidas darán los frutos esperados. Hoy puedo decir con certeza que sí, que todo valió la pena y que estaba en el lugar indicado para crecer y aportar algo significativo.
Jaume es de esos profesionales que lo dan todo, ya sea en la cancha de baloncesto, en la carretera con su caravana, o liderando proyectos en Grupo CIE. Con su toque de humor y dedicación, nos queda claro que el futuro del sector pesquero está en buenas manos. ¡Síguenos para continuar descubriendo a los miembros de nuestro equipo!