En el actual mundo globalizado, el pescado que termina en nuestros platos a menudo ha recorrido miles de kilómetros desde el momento en que es capturado. Sin embargo, el camino desde el océano hasta la mesa está lleno de desafíos. La rápida degradación del pescado lo hace particularmente susceptible a la pérdida de calidad y a la contaminación. En este contexto, la conservación del pescado fresco es un aspecto crítico que afecta directamente la calidad y seguridad del producto final que llega a los consumidores.

Tradicionalmente, la industria ha dependido de métodos como el hielo, la refrigeración y el congelamiento para ralentizar estos procesos. Aunque efectivos hasta cierto punto, estos métodos enfrentan limitaciones en términos de eficiencia energética, costes y capacidad para mantener la calidad del producto durante periodos prolongados, especialmente en cadenas de suministro largas o en condiciones subóptimas.

La adopción de innovaciones tecnológicas en la conservación del pescado fresco está revolucionando el sector. En este artículo exploraremos cuáles son estos avances que están definiendo el presente y el futuro de la industria pesquera y cómo afectan al entorno de los agentes implicados en el proceso de conservación.

La importancia de la conservación del pescado

La conservación del pescado fresco es un aspecto crucial de la industria pesquera de la cual dependen factores como la calidad del producto, la seguridad alimentaria y la sostenibilidad. Y es que, no solo directamente en la experiencia gastronómica del consumidor, sino también en facetas de mayor peso como en la prevención de enfermedades transmitidas por alimentos y en la minimización del impacto ambiental asociado con el desperdicio de alimentos.

  • Calidad del producto: la frescura del pescado es sinónimo de calidad. Desde el momento de la captura, el pescado comienza a deteriorarse debido a factores biológicos. La conservación eficaz ralentiza estos procesos, manteniendo las características deseables del pescado, como su firmeza, color y sabor.
  • Seguridad alimentaria: el pescado es un medio ideal para el crecimiento de microorganismos patógenos, incluidos aquellos que pueden causar intoxicaciones alimentarias. Una conservación adecuada impide o ralentiza el crecimiento de estos microorganismos, reduciendo el riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos.
  • Sostenibilidad: la conservación efectiva del pescado contribuye significativamente a la reducción del desperdicio de alimentos. La FAO estima que aproximadamente un tercio de los alimentos producidos en el mundo para consumo humano se pierde o desperdicia. En el sector pesquero, una parte de este desperdicio se puede atribuir a una conservación inadecuada.

Métodos tradicionales de conservación

Los métodos tradicionales de conservación del pescado han dependido principalmente de técnicas físicas para ralentizar la descomposición y el crecimiento microbiano. Estas incluyen:

  • Refrigeración: Mantener el pescado a temperaturas cercanas a 0°C reduce la actividad enzimática y el crecimiento bacteriano, prolongando su frescura por varios días.
  • Congelación: Al congelar el pescado, se detiene prácticamente toda la actividad biológica, extendiendo la vida útil del producto por meses o incluso años. Sin embargo, la calidad del producto puede verse afectada dependiendo del método de congelación y almacenamiento.
  • Salazón: La aplicación de sal deshidrata el pescado y crea un ambiente inhóspito para las bacterias. Este método, uno de los más antiguos, es aún utilizado para ciertos productos pesqueros.
  • Secado: Eliminar la humedad mediante el secado al aire, al sol o con aire caliente inhibe el crecimiento bacteriano. El pescado seco puede conservarse durante largos periodos si se almacena correctamente.
  • Ahumado: El ahumado combina el efecto conservante de la desecación con compuestos químicos del humo que tienen propiedades antimicrobianas y antioxidantes.

Aunque estos métodos han demostrado ser efectivos hasta cierto punto, la búsqueda continua de soluciones más eficientes, sostenibles y seguras ha llevado al desarrollo de innovaciones tecnológicas en la conservación del pescado fresco, marcando el inicio de una nueva era en la industria pesquera.

Innovaciones tecnológicas en la conservación

Las innovaciones tecnológicas están revolucionando la conservación del pescado fresco, ofreciendo soluciones avanzadas que no solo prolongan su vida útil, sino que también mejoran la seguridad y sostenibilidad del producto.

Refrigeración y congelación avanzada

La refrigeración y congelación son pilares fundamentales en la conservación de alimentos, pero las tecnologías avanzadas han optimizado estos procesos significativamente:

  • Sistemas de Refrigeración de Precisión: Nuevas tecnologías permiten un control más exacto de las temperaturas, reduciendo las fluctuaciones y manteniendo el pescado a temperaturas óptimas para preservar su frescura.
  • Congelación Rápida Individual (IQF): Esta técnica congela los productos de manera individual, lo que minimiza la formación de cristales de hielo dentro de las células del pescado, preservando mejor su textura y calidad.
  • Tecnologías de congelación con nitrógeno y CO2: Estos métodos utilizan gases criogénicos para congelar rápidamente el pescado, ofreciendo una congelación más uniforme y rápida que las técnicas convencionales.

Recubrimientos comestibles e inteligentes

Los recubrimientos comestibles e inteligentes representan una innovación emocionante en la conservación de alimentos:

  • Recubrimientos comestibles: Hechos de materiales naturales como alginatos, quitosano y pectina, estos recubrimientos forman una barrera protectora alrededor del pescado, reduciendo la pérdida de humedad y la oxidación, y pueden incorporar antimicrobianos naturales para prolongar la vida útil.
  • Películas inteligentes: Estas películas no solo protegen al pescado de factores externos, sino que también pueden cambiar de color o mostrar indicadores visuales en respuesta a cambios en la calidad del producto o la exposición a contaminantes, proporcionando información instantánea sobre la frescura y seguridad.

Monitoreo de la cadena de frío basado en IoT

La integración del Internet de las Cosas (IoT) en la cadena de frío ha transformado la conservación del pescado fresco:

  • Sensores y dispositivos inteligentes: Instalados en contenedores, paquetes o palés, estos sensores monitorean continuamente la temperatura y la humedad, enviando datos en tiempo real a través de redes inalámbricas.
  • Sistemas de alerta temprana: La recopilación de datos en tiempo real permite la detección precoz de desviaciones en las condiciones óptimas, facilitando intervenciones rápidas para prevenir la degradación del producto.

Atmósferas modificadas y envasado al vacío

Estas técnicas han evolucionado significativamente con el uso de tecnologías avanzadas:

  • Envasado en Atmósfera Modificada (EAM): Ajustando la composición del gas dentro del paquete, es posible ralentizar el metabolismo del pescado y el crecimiento de microorganismos. Esto se logra modificando los niveles de oxígeno, dióxido de carbono y nitrógeno para crear condiciones óptimas de almacenamiento.
  • Envasado al vacío: Al eliminar el aire del paquete, se reduce la oxidación y se prolonga la vida útil del pescado. Esta técnica es especialmente efectiva para preservar la calidad y prevenir el crecimiento bacteriano.

En Grupo CIE llevamos más de 35 años desarrollando soluciones digitales para cualquier agente del sector pesquero: desde mayoristas de pescado, hasta lonjas y cofradías de pescadores. Como especialistas en la industria, nuestra tecnología está 100% adaptada a las necesidades propias de cada profesional. ¿Quieres más información? ¡Rellena el formulario y pregúntanos sin ningún compromiso!