Tras la pandemia provocada por la crisis sanitaria del Coronavirus, el sector pesquero se ha visto fuertemente golpeado, sobre todo en los países en vías de desarrollo. Sin duda, la COVID-19 ha provocado un fuerte impacto en la acuicultura y el sector pesquero, alterando no solo el consumo, sino también la distribución y las cadenas de suministro del pescado.

Las restricciones aplicadas durante el confinamiento han provocado importantes problemas de la pesca en España y en el resto de los países del mundo. Estas restricciones han provocado la disminución del consumo y del suministro del pescado, lo que ha provocado daños de gran importancia al sector pesquero. De hecho, un estudio de la Organización de las Naciones Unidas de la Alimentación y la Agricultura prevé que la producción mundial del sector pesquero disminuya un 1,3 %.

Sin duda, la pandemia ha provocado importantes desajustes y alteraciones en la pesca y la acuicultura, interrumpiendo las cadenas de suministros y reduciendo el gasto que los consumidores hacían en comprar pescado, como consecuencia de las medidas que han tomado los gobiernos para frenar la propagación del virus.

La situación del sector pesquero después de la pandemia en España

La COVID-19 ha provocado estragos en todo los países del mundo, pero nos centraremos en los problemas de la pesca en España. A pesar de que el decreto que declaraba el estado de alarma contemplaba que las actividades del sector primario debían estar garantizadas para asegurar el correcto abastecimiento de la población, lo cierto es que la carencia de medidas de seguridad para trabajar, el desplome de los precios y la baja demanda de pescado afectaron negativamente a la acuicultura española.

Así, son pocas las embarcaciones en las que se podría guardar la distancia mínima de seguridad entre los marineros, además de que las tripulaciones no contaban con equipos de protección individual. Todo esto supuso que durante la pandemia muchos marineros se negaran a salir a pescar sin las medidas de seguridad oportunas.

Todas estas circunstancias han provocado que el sector pesquero vea bastante alejadas las perspectivas de recuperarse a corto plazo tras la pandemia. No obstante, después de la reapertura de la hostelería y del decaimiento de las restricciones para frenar el contagio del virus, el precio del pescado y la demanda de estos productos por los consumidores ha aumentado lentamente, lo que permitirá que el sector se vaya recuperando poco a poco.

Los nuevos métodos de venta y distribución del sector pesquero

Como consecuencia de las restricciones adoptadas por los gobiernos de diferentes países para frenar la pandemia de coronavirus, el sector pesquero —al igual que ha ocurrido con otros sectores económicos— se ha tenido que reinventar. Así pues, la pandemia ha supuesto también una oportunidad de renovarse y de adoptar nuevos métodos de venta y de distribución.

Sin duda, los profesionales del sector pesquero siempre han demostrado tener una gran capacidad de adaptación a las circunstancias, algo que han vuelto a demostrar durante la crisis sanitaria provocada por el coronavirus.

En este sentido, el reparto a domicilio de productos del mar ha experimentado un aumento sin precedentes. Se han establecido nuevos canales de venta online que ponen en contacto de forma directa a los pescadores y los consumidores. Además, la venta a través de internet de pescado permite a los marineros planificar de mejor manera su actividad profesional, lo que beneficia y promueve la recuperación del stock. Además, gracias a estos canales no se pierde ninguna oportunidad de negocio, independientemente de que existan o no restricciones y medidas que afecten negativamente a la demanda de productos del mar por los consumidores.

También hay cofradías de pescadores que, tal y como ocurre con la Cofradía de Pescadores de San Pedro del Pinatar, para hacer frente a las consecuencias de la pandemia, han modernizado sus sistemas de subasta.

En definitiva, la crisis sanitaria provocada por el coronavirus ha afectado, en mayor o menor medida, a todos los países del mundo. Como es evidente, el sector pesquero también ha sido uno de los sectores afectados, lo que ha provocado una disminución de la demanda de pescado y la imposibilidad de ofrecer pescado fresco por la falta de pescadores dispuestos a correr el riesgo de contraer el virus en un escenario de falta de medidas de seguridad. A esto se le ha unido una disminución considerable en el consumo en general de los ciudadanos, quienes, afectados por las restricciones de movilidad impuestas por los gobiernos, y la situación de incertidumbre, han consumido mucho menos.

Sin embargo, y a pesar de este escenario nada halagüeño, el sector pesquero se va recuperando, en parte gracias a las diferentes ideas nuevas que se han puesto en marcha, como el reparto a domicilio, la modernización de otros sistemas de distribución como la subasta o la compraventa por internet.

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